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jueves, 3 de enero de 2013

Los Miserables. Tom Hooper gana a los puntos.

Se inicia el film. En una esquina del cuadrilátero nos encontramos a Tom Hooper y, en la opuesta, al reparto al completo de Los Miserables. Durante los 150 minutos del film asistimos a una encarnizada lucha entre ambos por hacerse con el protagonismo del mismo. Y ese es el gran lastre de Los Miserables, la ausencia de un referente que te haga de guía por los conflictos y amoríos del París de principios de siglo XIX. Y digo esto por hallar en una superproducción diseñada para arrasar en taquilla decisiones típicas del cine de autor que enriquecen la película para unos y la lapidan para otros tantos.
 

Hooper toma la decisión de aislar a los personajes de Victor Hugo. Si en el famoso musical llevado a escena, que ya había arrasado en todo el planeta, la interpretación de los actores es total, y me refiero a física, gestual, vocal, etc., en la película las interpretaciones se ven censuradas por el abuso por parte del director de primeros planos y, por tanto, perdemos parte de la interpretación física para quedarnos exclusivamente con la facial. Como ya he dicho, para muchos estos será un factor en contra de la película, ya que le resta espectacularidad; pero para otros, será su mayor acierto, ya que dispara los momentos dramáticos aislando a sus personajes de espacio y tiempo y tomando fielmente el espíritu de la novela de Victor Hugo. Es inevitable recordar la Juana de arco de Carl Theodor Dreyer al contemplar el sufrimiento de Fantine, el personaje de Anne Hathaway.

Y por ello Hathaway sobresale sobre el resto del reparto. Le bastan 15 minutos de película para dejar en mal lugar al resto. Su I Dreamed a Dream es el único momento “gallina de piel” de una película destinada a conseguir muchos más. Al igual que sucede con The Dark Night Rises, “la gata” vuelve a ser la mejor interprete y deja su candidatura al Oscar encima de la mesa, es difícil que se le escape. También es clara la nominación del Director de Fotografía, hay que darle su parte de mérito en la realización de esos primeros planos. -Aunque habría que decirle a él y a Hooper que los rostros de los actores se pueden colocar también en la parte izquierda de la pantalla, desaprovechada por completo en multitud de ocasiones.- El resto de interpretaciones se quedan en el calificativo de correctas. Hugh Jackman cumple sin más en su nada fácil cometido, y Russell Crowe da la sensación de que en cualquier momento puede soltar su “Mi nombre es Máximo Décimo Meridio” si se le cruzara Joaquin Phoenix.

Con todo esto, la sensación a la salida de la sala ha sido más bien negativa. Las canciones, a mi parecer, son repetitivas. Los personajes se pasan parte de la película recitando en vez de cantar y llegas a preguntarte si el instrumental de un tema es el mismo que el del anterior.  Al film se le puede calificar de Anti-Antena3. ¿Por qué? Porqué no hay pausa entre canciones, no hay reposo y se me antoja imposible encontrar un buen momento para mandar la película a publicidad cuando se emita por alguna televisión privada. Creo necesario un entreacto que haga descansar el maltratado oído del espectador y pensar en lo que está viendo. Este problema crea un anti-clímax, -mal aquí Tom Hooper a la hora de rodar la revuelta en las calles de París-,  en el que todo se ve precipitado y lo que deberían ser momentos que podrían pasar a la memoria colectiva de todo cinéfilo (como por ejemplo la escena del niño en la batalla…) pasa sin pena ni gloria y sirve para comprobar que el espectáculo está llegando a su fin, guarden sus pañuelos y preparen las palmas. O no.

Si tienes dudas en pagar el precio de una entrada por ver esta película hazte la siguiente pregunta: ¿te gustan los musicales? Si la respuesta es no, yo te digo que ni te acerques, aléjate en la medida que te sea posible y si tu pareja te arrastra, busca un cine que tenga cobertura en la sala para entretenerte con tu Smartphone. Si por el contrario te gustan los musicales, Los Miserables pasará a formar parte, en un futuro, de tu filmoteca al lado de tus ediciones de West Side Story, Chicago o Moulin Rouge. Además, podéis ir a cualquier multicines, la versión doblada contiene apenas 5 minutos de diálogos doblados (de 150 minutos, haceros una idea del metraje de film cantado que contiene) y no os estropeara el momento “crack” de una caída del personaje de Russell Crowe… ¿O soy yo el único que se ha dado cuenta?

Mi puntuación: 6/10


3 comentarios:

  1. estoy de acuerdo en parte contigo pero...

    1.¿por qué hablas de lucha entre director vs actores si todos reman en la misma dirección? Sí es cierto que los personajes están poco dibujados, porque Hooper ha primado el tema de las actuaciones musicales. No asocio esa 'censura de actuaciones' al abuso de los primeros planos. De hecho, ayudan a captar las emociones que viven/sienten cada uno de los personajes, ¿no? No veo que esto reste espectacularidad, aunque si, desde luego, hay un poco de exceso de PP.
    2.Russell Crowe me parece el menos valorado de la peli y diría que es uno de los grandes malos de una peli. Seguro que te acuerdas más de su interpretación como 'mal bicho' que de la de Hugh Jackman como Jean Valjean o el resto de personajes.
    3.Por lo repetitivo de las canciones, esto viene de herencia. Son las que son y no hay otras. Y tienes razón en eso de que más que cantar recitan, por eso decía yo que no es un musical al uso (porque no tiene números musicales, con excepciones), si no una peli cantada. A mí este aspecto sí que me gustó, pero soy fan del musical y por eso igual no me chirrió tanto.
    4.Por los entreactos, ¡hay 3 partes que ayudan a situarse bien! El problema que le veo es que la parte central pasa lenta.
    5.Mi pregunta es: ¿por qué no comentas nada del final 'fantasma'?

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    1. Te respondo:

      1. El símil pugilístico viene dado porqué Hooper arrincona a sus actores, les coloca la cámara a un palmo del rostro y los ahoga, ahogandome a mi también. En ocasiones, el recurso emociona (el largo plano de I dreamed a dream) y, en otras resta espectacularidad/entretenimiento restando valor a la interpretación, como si consigue por ejemplo en las actuaciones de Helena Bonham Carter y Sacha Baron Cohen.
      2.A mi me ha parecido que a quien más en contra le juegan los primeros planos es al personaje de Crowe. No cambia la cara desde el minuto 1. Ni siquiera cuando intenta hacerse el republicano la cambia, lo que juega en contra de la historia. Es lo que menos me ha gustado, todo y que vocalmente está muy correcto.
      3.No tengo nada en contra del texto de las canciones (escritas para apoyar la moral de las clases medias), pero el instrumental si es modificable. No pido un mix como el de Moulin Rouge... Con diferenciar claramente los temas bastaría.
      4.Los 3 actos son claros. Estoy seguro que en el musical hay pausas entre actos. En la adaptación cinematográfica le hace falta algo parecido.
      5.No comento nada del final porqué no se hacerlo sin spoilear. Además, cualquier excusa es buena para ver a Anne Hathaway unos segundos más ;).

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  2. No sé si lo habéis notado, pero tanto abuso de los primeros planos hace que hasta mi padre se hartara y se diera cuento de que allí hacia falta más variedad estilística. Tampoco se muy bien como contarlo, vale que es un musical, pero no una clase magistral sobre cómo tenerlo más grande (el diafragma).

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